Ricardo Degoumois y las acusaciones de abuso sexual: un juicio que expone privilegios y complicidades

Hoy se retomó en Reconquista el juicio contra el abogado Ricardo Degoumois, acusado de abuso sexual simple en perjuicio de una adolescente de 14 años, prima de un cliente suyo. Los hechos, ocurridos en 2022, se desarrollaron en el marco de reuniones en el estudio jurídico del acusado, bajo la excusa de «prepararla» para una declaración. Este caso pone en evidencia las dinámicas de abuso y manipulación que pueden darse desde posiciones de poder.

El equipo de fiscales Valentín Hereñú, Georgina Díaz y Alejandra Del Río Ayala ha demostrado un compromiso inquebrantable para avanzar en la búsqueda de justicia. Su desempeño, marcado por la profesionalidad y la sensibilidad, ha sido clave para enfrentar las maniobras del acusado, quien no solo se defiende a sí mismo, sino que utiliza su conocimiento del sistema judicial para intentar desacreditar a las instituciones y a las víctimas.

En audiencias previas, la madre de la víctima se terminó quebrando y confesando las situaciones de extorsión y coerción que sufrió por parte de Degoumois y otros abogados para cambiar sus declaraciones. Estos intentos de manipulación fueron incorporados al juicio, generando un contexto de intimidación que la fiscalía ha enfrentado con firmeza y claridad.

La jornada de hoy estuvo marcada por los intentos de Degoumois de cuestionar la labor de la Agencia de Trata de Personas de Reconquista, con un  tipo de interrogatorio diseñado para instalar la duda sobre la profesionalidad de la policía, desviando la atención del foco principal: las graves acusaciones en su contra.

Mañana, entre otras personas, la defensa citará a la psicóloga Berroni, conocida recientemente por no dar credibilidad a un niño en la cámara Gesell que confesaba abiertamente el abuso sexual de su propio padre. En varias oportunidades, Berroni ha alegado que las madres inoculan falsas memorias en sus hijos e hijas, implantando ideas de abuso que, según su criterio, no ocurrieron. Este tipo de declaraciones, además de revictimizantes, generan un profundo daño en los procesos judiciales y en quienes buscan justicia. ¿Qué dice sobre la línea de defensa de Degoumois el hecho de recurrir a una psicóloga que, en otros casos, ha relativizado las denuncias de abuso, incluso en contextos donde las pruebas eran contundentes?

En el ingreso al juzgado, aparecieron carteles anónimos con mensajes atacando a la fiscalía, evidenciando un intento por desacreditar el trabajo del equipo que protege a la adolescente víctima. Estos carteles, precarios y mal escritos, contrastaron con la presencia de asociaciones feministas y de derechos humanos, que acompañaron de manera organizada y discreta a la joven y su familia.

Además, entre quienes van a acompañar a Degoumois, se destacó la presencia de Rolando Edgardo Quarín, denunciado por abusos sexuales por dos mujeres que trabajaban bajo sus órdenes en una oficina municipal. En uno de esos casos ha sido recientemente condenado mientras que el otro se encuentra en estado de apelación por parte de la víctima. Sus abogados defensores eran nada menos que Degoumois y Ghío. Ambos hoy, como mencionamos, acusados de coaccionar y extorsionar a la madre de niña víctima del hecho denunciado.
Su aparición subraya las redes de complicidad que existen entre quienes han ejercido violencia sexual, dejando al descubierto el entramado de poder que buscan perpetuar.

¿Cómo enfrentar el abuso desde el poder?

Este juicio nos confronta con una imagen alarmante: un hombre con vastos recursos legales y contactos ejerciendo su propia defensa, mientras intenta revictimizar a una menor y manipular el sistema judicial. ¿Cómo puede el Estado garantizar justicia en estas condiciones?

En este escenario, la labor de los fiscales Hereñú, Díaz y Del Río Ayala se alza como un faro de esperanza. Su profesionalismo y dedicación nos recuerdan que es posible construir una justicia que ponga a las infancias en el centro y que no ceda ante los poderosos.

Las asociaciones feministas de la región lo dejamos claro: «A donde vayan los iremos a buscar» «¡Contra el abuso infantil, caiga quien caiga!». Mañana el juicio continuará, renovando la lucha por una sociedad más justa y libre de impunidad.

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